Tras una ardua tarea de
investigación periodística, de más de dos semanas, os quiero trasladar esta
intrahistoria flamenca. Personalmente provocó y provoca aún en mí un intenso
impacto emocional. Por este motivo dejo este documento, que humildemente
intenta reflejar lo que aquella noche allí sucedió, y que contemplaron dos
buenos amigos, testigos presenciales y elementos imprescindibles en esta investigación. Obviamente y por
motivos profesionales mantengo sus anonimatos y agradezco su inestimable
colaboración desinteresada.
Fiesta de la Parpuja
en Chiclana de la Frontera
(11.130). Agosto, 2005. El
festival flamenco más popular de la ciudad, antes y ahora pueblo en esencia,
vuelve una plácida noche de verano tras décadas de ensoñación por falta de
rentabilidad económica. Lo más granado del panorama flamenco nacional, se da
cita en la Cajeta Municipal del
citado municipio, valga la redundancia. Allí, aficionados sedientos por remover
las heridas ancestrales del alma, artistas sonrientes por saludar de nuevo la
parpuja sin parpuja (también sedientos), flamencos de temporá (idem de
sedientos), guiris inquietos por una foto de recuerdo (sedientos too), gente
sin nombre y con cara de “chica tajá me
vi a cogé…”(obviamente sedientos igualmente). Todos reunidos. Todos
reunidos, como digo, en una plácida noche de verano.
Trascurría la noche como se
esperaba. Grandes artistas, grande la luna, grandes momentos, emociones siempre
fuertes, algunas más que otras, gran alboroto en la barra (según las
investigaciones regentaba la barra una hermandad de la localidad que perdió
dinero en el acto).
L.A.P. y H.G.C. se mantenían sentados
normalmente en sus localidades, qué punto. Uno de ellos necesitaba por aquel
entonces, localidad y media. De vez en cuando un leñazo al gañote de rigor en
barra. Animados aficionados deparaban conversación, opiniones y risas. El paso
de tórtolas no era destacable.
Tras varias horas de cante, baile
y conversación llegó el turno de Antonio José Cortes Pantoja, “Chiquetete”. Inmenso artista. Ambos
amigos prudentemente animados, según declaran años más tarde, intuían al
personal de su alrededor ciego como culebras. Todo pasaba dentro de la
normalidad. Tras un cante por soleá, la voz tibia de Antonio toma el micro y se
dirige al público sabiendo las tablas que pisa.
“Este cante se lo quiero dedicar a mi amigo…”Chiquetete decide dedicarle
un cante a Antonio García González, popularmente conocido como “el Alemania”. El conocido barbudo
artista chiclanero, se encuentra perdido entre el puzle de asientos. Se levanta
de su localidad agradecido y aplaude simbólicamente sin producir sonido alguno.
Su estampa imponente resalta en la noche estrellada, destaca de entre una mancha
negra de cabecitas oscuras que siguen sentadas. Agradece el gesto compañero,
envuelto en una espléndida aureola de dolor y alegría.
De repente, de entre los asientos,
irrumpe una voz (reconocible como autóctona según testigos), que muy ferozmente
retumba gritando:
- “¡¡¡¡Antoniooooooooo!!!!",
desgarrador grito.
Todo el mundo atiende al otro
lado de filas. Un hombre como poseído, se ha levantado de su minúscula
localidad exaltado. Parece ciegui.
-"¡¡¡¡Antoniooooooo!!!", vuelve a
gritar dirigiéndose al llamado “Alemania”.
Cuando, ahora sí, todo el
respetable, incluido “el Alemania”, tenía su mirada puesta en aquel anónimo, éste
de forma imperativa y casi ininteligible, ordena enérgicamente al citado
artista chiclanero:
-“¡exha un cante!”, rápido,
cortante y firme.
(“¡Coño!”, pensaron todos)
El hombre anónimo, aprovechando
tal coyuntura, insistió con el brazo extendido y señalando hacia el escenario con
su dedo índice firme y recto. En dirección contraria su cabeza miraba hacia
el suelo (como diciendo: “no me rechistes Antonio, no me rechistes…”). Y ahora
más cariñosamente, aunque igualmente firme en su posición, volvió a imponer con
gran torrente de voz prolongada:
-“¡¡¡¡eeechaaaa un canteeeeeeeee!!!!”.
Y “El Alemania”, tras mirarlo
fugazmente y pensar varios segundos (sabe Dios qué), tomó asiento de nuevo como si tal cosa.
NOTA. Todo aquel que
pueda aportar alguna luz a los vacíos que esta intrahistoria puede mantener,
póngase en contacto conmigo a través del este blog.
jajajajajajajajajajajajajaja...antonioooooo exa un cante
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