martes, 3 de julio de 2012

LA MAFIA. PARTE II. JOHN POUP


Uno de estos cuatro individuos se cree puede ser John Poup
John Poup. 11130, nacido en 1887. Crecido y criado en la calles de esta peligrosa ciudad. Vicios conocidos: el Cádiz C.F. y la ensaladilla con picos. Calificado de "Muy Peligroso". En busca y captura desde 1889.

Cuando me ensañon su fotografía, solo dije “no sé quien es”, pero mentía. Sabía muy bien de quien se trataba, cómo vivía y dónde solía parar cada mañana al mediodía. Esa cara era absolutamente inolvidable. No tuve nunca el más mínimo percance con él, más bien todo lo contrario. Yo le conocía desde muy joven, pero he de reconocer que mi contacto con él fue a través de mi querido sobrino Vincent. En los últimos años creo que fue su "ayudante especial", su más cercano compañero, incluso hicieron algún sucio negocio juntos, según supe años despues.

A John Poup, nadie le conocía por su nombre, todos usaban su nombre en clave, un cariñoso y entrañable diminutivo, que como podeis entender no debo desvelar. Era de familia hispano-italiana, como sabía la polizia, y de costumbres muy arraigadas a estos dos pueblos latinos, como por ejemplo la veneración de imágenes religiosas (cuestión esta que no contemplaba su ficha policial). Poup, se convirtió por mérito propio y estoy convencido que por los malos consejos de Vincent, en uno de los matones a sueldo más descorazonadores del sur del país. Sangriento como la sangre en tomate, serio como el morcón y peligroso como una ensaladilla en verano, el nombre de Poup fue tomando, con el peso de sus actos, un tinte realmente aterrador entre la ciudadanía.

Debo reconocer que las primeras veces que le ví, siempre con Vincent y algún otro miembro de su joven clan como Franchesco y un tal Orrequia, me pareció un tipo inofensivo, indulgente e introvertido. No me equivoqué en este último aspecto, puesto que era extremadamente vergonzoso y callado hasta límites insospechados. Se puede decir que no malgastaba saliva, y ahora entiendo que un tipo tan buscado como él hacía bien. La prudencia es una cualidad que si no llegué a adquirir a su lado, no adquiriré jamás.

Con los años, según pude saber, emigró a la capital, en busca de la compañía de una dulce y morena mujer que serenaba como nadie sus malas artes y que hacía florecer su carácter más cívico.

Del famoso, introvertido, buscado y nunca encontrado John Poup, solo recuerdo su cara, alguna agradable fiesta de carnaval benéfica a su lado, y concretamente tres frases, que fueron las únicas tres frases que le escuché de su serena voz en vida:

La primera frase fue: “...aro, aro…”
La segunda frase fue: “la envidia es mu mala…”

Y la tercera y última frase, que tomo personalmente como patrón en cualquier encuentro gastronómico, fue memorable: “¡aquí siempre hay ensaladilla...!”, una frase que puede parecer normal, pero que pronunciada con excesiva seriedad, con mirada matona tajante de rabillo  y en un tono casi ofensivo tras la pregunta lógica, es sencillamente ilustrativa del caracter  de Poup, que no puedo olvidar. Aunque ahora que lo pienso, esta última frase no sé si fue suya o de su respetable padre.



   

2 comentarios:

  1. OSTIAAAAAAAA ESTO S WENISIMOOOOOOO JAJAJAJAJAJAJAJAJA JOHN POUP JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

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  2. Estuve en aquella fiesta de carnavales buscando a Poup, intentando pillarlo con las manos en la masa, pregunté a un llamativo pitufo que regentaba la barra: ¿Sabes si Poup está por aquí?. No me contestó.
    La polizia.

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